Tanto en las nuevas instalaciones como en las reformas de cocina, la grifería se ha convertido en una pieza clave a la hora de multiplicar las funciones en el área de trabajo y optimizar el confort.
Aunque existe una oferta muy variada de diseños, modos de instalación y nuevos desarrollos que dificultan la elección, hay una serie de aspectos importantes que debemos considerar para elegir el más idóneo: calidad, diseño, funcionalidad, prestaciones y consumo.
¿Qué tipos de grifos existen para la cocina?
Monomandos
Como su nombre indica, se trata de grifos con una única palanca que permite controlar el paso del agua fría y caliente, así como la temperatura de la misma. Basta realizar un sencillo movimiento para obtener el ajuste deseado.
Este tipo de grifería es especialmente práctico en la cocina, una estancia en la que es fundamental simplificar al máximo el manejo de las cosas.
Bimandos
Son griferías que cuentan con un mando independiente para controlar el caudal del agua fría y otro para la caliente. Si estas dos palancas forman parte de la estructura del caño, nos encontramos ante un grifo monobloc.
Si, por el contrario, los dos elementos se instalan por separado sobre la encimera o en la pared, se trata de un grifo en batería. Los bimandos ofrecen muchas posibilidades en cuanto a diseño y acabados, aunque suelen utilizarse en menos medida por su manipulación algo más compleja.
Profesionales
La mayoría de las griferías profesionales cuentan con un caño fijo convencional y otro extraíble, provisto de tubo flexible que puede alcanzar hasta un metro de longitud.
Este segundo grifo extra, se convierte en un práctico rociador tipo ducha que permite el lavado de los recipientes de gran tamaño, así como alcanzar cualquier rincón de la zona de lavado.
Según el modelo elegido, los rociadores ofrecen la posibilidad de escoger entre varias opciones de chorro: suave, efecto ducha y de mayor intensidad.
Este tipo de griferías son muy prácticas y funcionales si disponemos de un fregadero de amplias dimensiones o modelos con varias cubetas integradas.
En cuestión de materiales, además de los cromados de toda la vida, los acabados de acero y las versiones rústicas en tono cobre; encontramos las griferías de colores. Dos de las propuestas de tendencia, son el blanco y el negro y suelen elegirse a juego con los fregaderos del mismo color para conseguir una continuidad visual entre ambos elementos.
En cuanto a las formas, la fusión de líneas rectas y curvas es una de las fórmulas más utilizadas para conseguir piezas esbeltas, de aristas y ángulos redondeados.
Y tú, ¿qué grifería de cocina eliges?