Separar, almacenar y reciclar en la cocina

El reciclaje consigue disminuir el impacto sobre el medio ambiente, proporcionando nuevos usos a residuos orgánicos, vidrios, papel y a objetos de plástico y metal. Reducir, reutilizar y reciclar constituyen los tres gestos que se inscriben en las estrategias del tratamiento doméstico de los residuos.

Es importante disponer del equipamiento adecuado para que reciclar en la cocina sea una tarea práctica, rápida y que sobre todo, no se convierta en incómoda o aparatosa.

En Cocinas.com ofrecemos distintos sistemas de reciclaje en diferentes medidas para que la falta de espacio no sea un obstáculo para una óptima gestión de residuos.

Antes de decidirnos por un complemento de reciclaje determinado, debemos tener en cuenta la cantidad de residuos diarios que generamos para decidir la capacidad de los contenedores a adquirir. Cuanto más espacio tengamos, más contenedores podremos instalar y más precia será la clasificación.

La opción más común consiste en integrar en un cajón o armario bajo el fregadero distintos cubos de plástico, cada uno de ellos destinado a un tipo de basura.

En función del ancho de cajón podemos colocar unos dos, tres o cuatro contenedores. Normalmente, cada contenedor lleva asignado un color que coincide con los utilizados en los contenedores de la calle.

¿Qué materiales debemos separar?

La división de desperdicios contempla cuatro tipos de producto: papel y cartón, metal y plástico, orgánico y, por último, cristal. Asimismo, es aconsejable reservar un espacio para aquello que no sabemos dónde depositar o para aquellos materiales que pueden reutilizarse pese a no tener un contenedor en la cocina dedicado a ello como son las pilas, los fármacos y el aceite.

Residuos orgánicos

Aquí se incluyen los restos de comida, vegetales, frutas, cáscaras de huevo y algunos artículos fabricados con celulosa, como los pañales. Su contenedor en la calle es de color marrón o naranja y los desechos se utilizan para fabricar fertilizantes naturales.

Papel y cartón

Los contenedores azules son los encargados de almacenar este tipo de desperdicios.

Plástico

Señalizado con el color amarillo, en este cesto deben depositarse todo tipo de envases de plástico como botella, tarrinas, bolsas, bandejas y tetrabriks.

Cristal

Las botellas y los tarros de vidrio, sin líquidos ni tapones, pueden volver a ser útiles si se depositan en los contenedores de color verde. Las bombillas y los fluorescentes quedan exentos de este reciclaje.

Pilas y medicamentos

Disponen de lugares específicos donde podemos depositarlos.

También cabe mencionar el aceite usado, muy perjudicial si se desecha en el desagüe del fregadero. Después de colarlo, debe llevarse directamente al punto de recogida para poder reutilizarse en a elaboración de jabones o fertilizantes.

Al reciclar en la cocina, además de disminuir el impacto sobre el medio ambiente, estamos contribuyendo a generar menos desperdicios; lo que reduce la cantidad de residuos sólidos que llegan a los lugares de deposición final, lo que supone, al mimo tiempo, un ahorro en gastos de transporte y depósito.

Y tú ¿eres de los que tienen el hábito de reciclar en la cocina?