Cuando vamos a diseñar o hacer una reforma en nuestra cocina, debemos de tener en cuenta una serie de aspectos básicos que harán de nuestra nueva cocina un espacio funcional, habitable y visualmente atractivo.
Nuestro proyecto de cocina debe estar planteado correctamente y de manera clara para que, tanto la parte diseñadora como el propietario o propietaria de la cocina, sepan en todo momento qué se va a hacer y cómo va a quedar.
Los pequeños detalles suelen ser los aspectos que se suelen olvidar o tener menos en cuenta, y después de haber conseguido la cocina perfecta, nos damos cuenta de que no es tan perfecta.
No solo debemos considerar la organización de espacios, los materiales o los colores. Una decisión muy importante para la comodidad de las personas que trabajen en la cocina es la altura de los muebles altos y bajos. Esta dependerá de la altura del cliente y de cómo se sienta cómodo trabajando, puesto que hay personas que, aun siendo bajas prefieren una encimera alta o y viceversa.
En cualquier caso, la cocina nueva se adaptará la altura al gusto de cada uno.
Los zócalos en las cocinas
Los muebles bajos de cocina los podemos encontrar en diferentes medidas en función de la marca y el modelo en el que estemos interesados, pero la posición correcta y adecuada de la encimera de trabajo, se definirá con la altura de las patas de apoyo.
Las patas que se colocan en el mobiliario de cocina suelen ser de PVC, un material económico versátil que suele emplearse en los sectores de la construcción por su maleabilidad de tamaño y forma y por su resistencia al agua y propiedad aislante eléctrico.
El PVC se anclan al zócalo mediante unas pinzas que lleva colocadas. Existen distintas alturas de patas siendo 10, 15 y 18 cm. las más comunes y, junto con los PVC’s, nos permitirán ajustar perfectamente la altura del nuestro mueble bajo.
Una vez ya tenemos definida la altura, el siguiente paso es la colocación del zócalo en las cocinas. Los zócalos llevan una goma en la parte inferior que impide la entrada de agua y suciedad por debajo del mueble, función principal de este complemento.
Los zócalos para muebles de cocina pueden ser de distintos materiales, del mismo material que el mobiliario o del más común que hay hoy en día que es el aluminio en sus distintos acabados: mate, brillo, rayado… Sin embargo, se pueden diferenciar tres variantes diferentes de zócalos que estén fabricados con PVC. La variante de zócalo que escojamos dependerá de a qué atributo o ventaja le demos más importancia.
Tipos de zócalos para cocinas
Estos son algunos de los tipos de zócalos para muebles de cocina más usados en la actualidad.
Zócalo clásico
Da resultados estéticos y tiene una notable resistencia a pesar de la suave superficie que ofrecen.
También permiten pasar cables por detrás a través de sus ranuras, cubriendo grandes espacios.
Zócalo Sanitario J
Están fabricados 100% por material PVC rígido, que consigue ajustarse entre la pared y el suelo sin dejar huecos.
Este tipo de zócalos permite la adaptación a paredes menos regulares o paredes con curvaturas, y su forma redondeada en los extremos impide la acumulación de suciedad.
Zócalo Sanitario Flex
Como su nombre puede sugerirnos, se utiliza frecuentemente en espacios dedicados a la salud y la higiene, como pueden ser hospitales, laboratorios o centros de salud especializados.
Posee una estructura compacta que le hace resistente a golpes y ralladuras constantes, y requieren un mantenimiento sencillo.
Gracias a su forma, los zócalos sanitario Flex se adaptan a diferentes variedades de superficies y angulaciones, y no precisa de adhesivos en sus bordes.
La elección del tipo de zócalo dependerá de las necesidades del cliente y de las preferencias en las ventajas que ofrecen los diferentes zócalos.
En cualquier caso, el zócalo se adapta a los espacios de la cocina, contando con accesorios del mismo material para llegar a los rincones y esquinas si se precisara, sin que nada altere la distribución de este.
